La ONU, en el último informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, publicado en abril de 2022, afirmó que 2025 es el límite para que las emisiones medias de gases de efecto invernadero comiencen a caer y se evite una catástrofe climática. El compromiso del gobierno brasileño es reducir y restaurar 12 millones de hectáreas hasta 2030, equivalente a casi tres veces el tamaño del estado de Río de Janeiro, para que el país sea capaz de alcanzar su objetivo de mitigación del cambio climático marcado en el Acuerdo de París. . Además, en la COP 26, que tuvo lugar en noviembre de 2021, Brasil anunció el compromiso de reducir sus emisiones en 50% para 2030.
Si bien los objetivos brasileños para 2030 parecen sólidos, el país enfrenta cada vez más desafíos para alcanzarlos. Hasta , Brasil no había alcanzado 1 millón de hectáreas restauradas y, aún llevándolo a la realidad amazónica, la deforestación en la Amazonia Legal en 2022 fue la mayor de los últimos 15 años, según el Instituto del Hombre y del Medio Ambiente de la Amazonia (Imazon ).
Científicos de distintas nacionalidades ya entienden este escenario y advierten sobre un acercamiento”punto de inflexión”, en el que el entorno amazónico cambiará irreversiblemente.
Es en este contexto que las iniciativas sobre bosques en pie cobran relevancia. El escenario de pérdida de bosques provocado por la deforestación ilegal cada vez más presente en los últimos años, sumado a la desigualdad social evidente en la región, pone de relieve el modelo de desarrollo insostenible de la Amazonía y refuerza el ciclo de pobreza y pérdidas ambientales que afectan la economía de todo el país. .
En una entrevista con Rede Brasil Atual en 2019, en el contexto de un retorno ambiental relacionado con el gran aumento de la deforestación en la selva amazónica, el científico Carlos Nobre ya afirmó que la solución para reducir esta devastación sería el desarrollo de una Floresta em económica. Pé, con explotación sostenible de las riquezas naturales del bosque.
Brevemente, el término “Bosque en pieSe refiere al modelo económico que se establece a través de iniciativas que fortalecen la bioeconomía de una zona forestal, enfocándose en la conservación ambiental de la flora. En otras palabras, se refiere a actividades que estimulan la economía de las poblaciones presentes en regiones forestales que utilizan el bosque como fuente de ingresos y, simultáneamente, mantienen su existencia en el tiempo. Recientemente, las iniciativas para mantener el bosque en pie han sido muy mencionadas en el escenario amazónico, dada la compleja situación que atraviesa la región.
Pero ¿cómo podemos demostrar que los bosques en pie tienen mayor valor económico que los bosques talados? Para ello, es sumamente importante la construcción de un plan que pueda exponer la viabilidad del mantenimiento del bosque desde el punto de vista económico, y es en este punto que herramientas como la Teoría del Cambio refuerzan su papel.
Los responsables del negocio, proyecto o actividad de impacto en la región forestal en cuestión deben agruparse y estructurar las acciones, indicadores y resultados que buscan a través de estas metodologías.
A Teoría del cambio No es más que la conexión entre las actividades previstas en el proyecto o negocio y el objetivo socioambiental buscado. La construcción y finalización de este pensamiento es muy interesante porque es a partir de él que podemos definir indicadores para evaluar el impacto producido, identificar grupos afectados por el proyecto y medir resultados de impacto. Además, la herramienta tiene gran valor en situaciones complejas como el escenario amazónico, ya que ayuda a enfocar y priorizar acciones. Otra iniciativa muy interesante para organizar y medir resultados de iniciativas como los bosques en pie es la llamada Modelo C, que puede entenderse como la unión de los Esquema de modelo de negocios, herramienta de planificación estratégica aplicada al desarrollo de modelos de negocio, y la Teoría del Cambio.
Muchas organizaciones presentes en el territorio amazónico ya utilizan estas metodologías. En 2021, el Fondo Vale, que promueve e invierte en la generación de impacto socioambiental positivo, lanzó una Teoría de Cambio para alcanzar sus objetivos 2030 que buscan, entre otras metas, soluciones sostenibles en el territorio amazónico.
Otro ejemplo es la Teoría del Cambio elaborada por Idesam, ONG con impacto en la Amazonía, que utilizó la herramienta para revisar su estrategia tras los desafíos de la pandemia de Covid 19 y trazar un camino con impacto relevante en la región de 2022 a 2026.
Otras organizaciones, como el Instituto de Sociedad, Población y Naturaleza (ISPN) y la Plataforma Socios para la Amazonia (PPA) del Idesam, también utilizan herramientas para organizar sus acciones en la Amazonía. De hecho, en diciembre de 2021, AMAZ Aceleradora de Impacto, una evolución del Programa de Aceleración e Inversión de Impacto de PPA, anunció el uso del Modelo C en la preaceleración de negocios y el valor asociado al uso de esta metodología fusionada.
La creación de modelos de negocio robustos y financieramente sostenibles es uno de los mayores desafíos de las actividades de impacto y es por eso que el uso de herramientas como la Teoría del Cambio y el Modelo C son sumamente relevantes para demostrar que las iniciativas de uso y preservación de los bosques son económica, ambientalmente y socialmente viable. La urgencia amazónica exige una mayor difusión y uso de herramientas como ésta para demostrar, en la práctica, que el bosque en pie vale más que el talado.
Compartir