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¿Cómo contribuye el desarrollo y la aplicabilidad de herramientas de medición a los desafíos de la sociedad?

¿Qué es el desarrollo? ¿Cómo podemos garantizar que los cambios que planificamos puedan seguir un camino más creativo, con soluciones más colectivas y más sostenibles?

Hasta hace poco, la medida del desarrollo de un país estaba totalmente relacionada únicamente con el grado de industrialización y la medida del PIB (producto interno bruto). No entanto, principalmente nos países mais estruturados, surge o debate por modelos de desenvolvimento mais maduros, entendendo que o crescimento econômico não pode ser desassociado da qualidade de vida e bem-estar, acesso à energia, justiça social e a conservação e uso sustentável de recursos naturales.

Es innegable que los esfuerzos en planificación e inversiones en investigación promovieron un salto de desarrollo en ciencia e innovación, y que trajeron grandes beneficios a la humanidad, como la reducción de la pobreza, el aumento de la esperanza de vida, la reducción de la mortalidad infantil, etc.

¡Pero tenemos que ir más allá! Brasil todavía tiene una desigualdad social extrema, sufrimos accidentes y graves problemas ambientales cuyos orígenes están en la falta de planificación e inversiones consistentes, pero también en un proceso histórico que se confunde con negligencia y omisión.

La forma en que históricamente se planificó el desarrollo económico de Brasil, basado en el uso de recursos naturales para la producción principalmente agrícola, fue importante, pero aún no ha traído resultados que satisfagan las expectativas dado el potencial natural en el que estamos ubicados.

Los modelos de explotación de recursos no pueden seguir los mismos que se practicaban durante la época de la colonización.

Es necesario invertir en procesos más creativos, más eficientes, más inclusivos y en análisis más sistémicos del uso de todo el potencial natural de Brasil.

En este camino se crean nuevos conceptos de agricultura, políticas públicas, un modelo productivo dirigido a comprender las relaciones entre ecosistemas, biodiversidad, uso de los recursos hídricos y valoración de los bosques, circularidad de materiales, biomimética y otros.

En este escenario se están dando importantes iniciativas, se están formando nuevos modelos de negocios y alianzas para desarrollar, por ejemplo, la llamada Bioeconomía, que adopta un enfoque diferente en cada país en función de la disponibilidad de recursos biológicos. “Brasil tiene una posición privilegiada, lo que lo hace extremadamente competitivo en esta carrera. El biocombustible, un experimento exitoso, no es la única forma de Bioeconomía, el país tiene la ventaja de contar con materias primas de alta calidad a gran escala” (John Melo, Presidente Global de Amyris). La pregunta es ¿cómo explotarlo de manera eficiente y sostenible?

Carlos Nobre, científico e investigador del IEA/USP, uno de los creadores del Proyecto Amazonia 4.0, cita el ejemplo de una fruta muy apreciada en el mercado global, el Açaí, que genera rentabilidad en Pará entre cuatro y seis veces más que la soja. en estado. “Con esta tecnología tenemos el potencial de explorar recursos naturales de forma sustentable, sin necesidad de grandes áreas de exploración. Y todavía podemos aumentar la productividad”, dice Nobre (Época Negócios, 2019). Productos como el açaí, la miel y el aceite de palma se producen, en algunos casos, dentro de unidades de conservación, de manera responsable, sin necesidad de nuevas áreas de cultivo.

Las herramientas de medición, que aparecen como una forma de estimar los impactos socioeconómicos y ambientales, también están siguiendo estas tendencias, estableciendo contacto con expertos de la academia, las empresas, los gobiernos y la sociedad para ayudar con datos que puedan estructurar las decisiones. Esto es lo que sucede con las herramientas de Análisis de Ciclo de Vida y Ecoeficiencia, que abordan no sólo las ya conocidas Huellas de Carbono, Huellas Hídricas, sino Impactos en la Biodiversidad, usos del suelo e impactos sociales.

Buscando un formato más holístico y reconociendo que la ciencia está encaminada a satisfacer el bienestar humano y el de otros seres vivos, las herramientas de medición empiezan a ir acompañadas de otras metodologías de análisis de datos, que incluso se podría decir que son más intuitivas. Este es el caso de utilizar el Análisis de Percepción para identificar temas materiales que reflejen las necesidades de cada eslabón de una cadena de valor. Por lo tanto, antes de realizar un análisis cuantitativo de impactos (por ejemplo, un análisis de ciclo de vida), es posible mapear las principales dudas y dónde están las oportunidades de evolucionar sobre el tema, resultando en una mayor rapidez y eficiencia en el uso de las inversiones.

El campo de la medición, estructurado para el pensamiento del Ciclo de Vida, también gana espacio a medida que logran uno de sus principales objetivos, que es ayudar a la elaboración y desarrollo de políticas públicas con el apoyo del análisis científico. Entre algunas experiencias está Renovabio. Según la especialista de la Fundação Espaço ECO, Michelle Scachetti, Renovabio es una política pública estatal que se viene desarrollando desde 2016 y está a pocos días de entrar en vigencia. El programa establece objetivos anuales de descarbonización para el sector transporte, donde los distribuidores de combustibles tienen la obligación de reducir las emisiones totales de CO2eq de los combustibles que comercializan mediante la compra de CBIOs (créditos de descarbonización), disponibles para su venta a través de B3 a partir de enero de 2020. Estos CBIOs se obtienen desde un enfoque de ciclo de vida, ya que corresponden al Rating de Eficiencia Energética Ambiental (diferencia entre la Intensidad de Carbono de combustibles fósiles y biocombustibles) de cada planta, generando así una nueva fuente de ingresos para las plantas, además de una ventaja competitiva en base a la Huella de Carbono (en este contexto llamada Intensidad) de sus biocombustibles.

En la industria cosmética los principales lanzamientos siguen la tendencia de productos orgánicos, veganos y ecofriendly. En este mercado, que viene creciendo exponencialmente, están surgiendo espacios para pequeños y medianos productores que aseguran generar residuos que no causan daños al medio ambiente, además de un consumo de agua mucho menor en su proceso productivo, en comparación con los convencionales. . Sin embargo, existe un desafío en relación al embalaje y es necesario integrar la cadena para que el final de vida del producto pueda mantener la circularidad.

Algunos certificados nacieron con el objetivo de proporcionar información trazable y verificable que, de cierta manera, regule el uso o prohibición de algunos ingredientes que son más saludables, tienen menos riesgo para la salud y el medio ambiente, o están relacionados con un estilo de vida/propósito. ., como ocurre con los productos veganos, que además de velar por la salud del consumidor, también trabajan por la causa animal. El público de estos productos generalmente se preocupa por la práctica de nuevos hábitos de consumo y, en general, suscita otras reflexiones sobre la sostenibilidad.

La prohibición y la trazabilidad de las materias primas, la adopción de pruebas alternativas a las realizadas en animales y los impactos de los residuos cosméticos en el medio ambiente son el centro de los debates entre la industria y el mercado de consumo y también motivan grandes esfuerzos en investigación y desarrollo, demostrando que Además de los cuidados de belleza, este segmento también está muy centrado en los impactos en toda la cadena, explica Taisa Caires, especialista en gestión sostenible de la cadena de cosmética vegana.

En el escenario de las mediciones de impacto social, existen constantes discusiones sobre la precisión para evaluar la causalidad de un impacto de una intervención de forma aislada. Algunos métodos como el SROI (Retorno Social de la Inversión) pueden, basándose en el diseño de una Teoría del Cambio – que una vez más requiere de la percepción colectiva de los involucrados – informar a cuánto rinde/equivale una unidad de una determinada inversión social en dinero. Sin embargo, los análisis de impacto social dirigidos a una comprensión sobrevalorada del retorno económico pueden guiar decisiones estratégicas inexactas dada la complejidad de las variables que involucran el dinamismo social.

Así, la búsqueda de soluciones consideradas más sostenibles y socialmente responsables recibe el compromiso de recoger y articular planes de acción muy cercanos a otros eslabones de la cadena de valor para que justifiquen su calificación en sus innovaciones y decisiones. A partir de una iniciativa, por ejemplo, donde los residuos dejan de ser vistos como tales y pasan a utilizarse como recurso material, aporta, en cierto modo, un carácter de desarrollo muy interesante al producto, pero que requiere una tarea de comunicación imprescindible. intenso con los stakeholders de esta etapa de la cadena, para que estos recursos post-consumo puedan tener una circularidad planificada, en la cantidad programada y con la calidad especificada.

Por lo tanto, las mediciones pueden ayudar con datos científicos, brindar orientación cuantitativa sobre ciertas decisiones y equilibrar discusiones con diferentes puntos de vista, brindando información más completa que simplemente medir la cantidad de bienes y servicios en un país (en el caso del PIB). Sin embargo, para encontrar indicadores que justifiquen argumentos para una decisión de injerencia colectiva, donde está presente una red de percepciones, culturas y experiencias, es necesario comprender que no pueden tomarse de manera trivial, que involucran conocimientos multidisciplinarios y que Detrás de estas cifras tan esperadas están las expectativas y necesidades de la sociedad moderna.