Vivimos en un escenario de grandes transformaciones globales, que sin duda han impactado el desempeño de muchos negocios. Sin embargo, incluso en esta situación llena de variables y transiciones, algunas certezas en el mundo empresarial siguen vigentes, como los impactos de la sigla ESG (Ambiental, Social y de Gobernanza) que despontou com incrível popularidade e trouxe para as agendas corporativas muitas pautas estratégicas que estão orientando empresas em relação ao modo de realizar negócios mais sustentáveis, considerando os parâmetros mais atuais para atingir bom desempenho em relação aos seus impactos no âmbito social, ambiental, econômico e Gobierno corporativo.
Incluso con este énfasis actual en el acrónimo, todavía hay preguntas profundas con respecto a G, de Gobierno Corporativo, tales como: ¿por qué aparece el tema de gobierno en este momento? ¿Cuáles serían los principios rectores de la buena gobernanza? ¿Qué prácticas deben seguir las empresas? ¿Esto ayuda a la empresa a diseñar mejores estrategias para su sostenibilidad?
Al abordar temas de Gobierno Corporativo, todavía estamos inmersos en un proceso de evolución, donde existe la necesidad de construir análisis y conceptos que se ajusten a las diversas relaciones comerciales. En muchas empresas el Gobierno Corporativo se entiende como la debida diligencia, una agenda encaminada al cumplimiento de las leyes y regulaciones y de los procesos de verificación y auditoría. Pero, para otras empresas, con otras interpretaciones, la gobernanza es más que simplemente cumplir con el cumplimiento legal, es un gran tema que involucra todo, desde conceptos morales y éticos hasta incluso acciones prácticas para el despliegue estratégico que pueden comprometer la reputación y la imagen de la empresa y de directivos.
Actualmente, en su quinta edición, Código de Mejores Prácticas de Gobierno Corporativo del IBGC Se ha consolidado como un documento de referencia, con recomendaciones de mejores prácticas de gobernanza con el objetivo de contribuir a la evolución del tema. El documento destaca los cuatro principios generales que sirven como base estratégica (e inspiradora) para el desarrollo de políticas corporativas y definiciones estratégicas, a saber: Transparencia; Equidad; Rendición de cuentas; y Responsabilidad Corporativa.
Para lograr buenas prácticas de Gobierno Corporativo, también es necesario prestar atención a cuestiones estructurales, como la exactitud de la organización de los documentos; establecer una buena comunicación; preparar equipos integrados; actuar para la prevención e invertir en infraestructura y tecnología apropiadas. La transparencia en los procesos permite obtener información y consultar documentos de forma accesible y clara. La comunicación es importante para que los empleados y otras partes interesadas tengan una visión clara de la jerarquía de la empresa y sepan a quién reportar en cada situación. Promover reuniones con equipos variados permite que todos conozcan los planes y estrategias de la empresa. Esto hace que los procesos sean más eficientes, además de mantener la transparencia interna y externa. Otra buena práctica, en cualquier gestión empresarial, es actuar con un enfoque de prevención, más que de remediación, lo que evita costes de reparación y proporciona mayor seguridad a sus partes interesadas.
Los modelos de prevención requieren inversiones, como una Cumplimiento, lo que requiere la contratación de consultores especializados que ayudan a los equipos internos a comprender mejor los impactos del tema, y posteriormente son designados para llevar a cabo el debida diligencia – análisis de riesgos, seguimiento y también procedimientos de auditoría externa, con el fin de evitar procedimientos judiciales perjudiciales para la imagen de la empresa, investigaciones penales, multas u otros problemas derivados del fraude, la corrupción y el incumplimiento de las leyes y reglamentos. La tecnología puede aportar mayor confiabilidad al Gobierno Corporativo para la gestión de datos e información, así como facilidad en los mecanismos de trazabilidad, haciendo que todo el sistema de bases de datos sea menos susceptible a la corrupción humana cuando se administra de forma automatizada.
De esta manera, las empresas que cuentan con estrategias encaminadas a evitar problemas, se adhieren al modelo de gestión y a las prácticas de gobierno corporativo reducen las posibilidades de que ocurra algo dañino. Con más transparencia, comunicación y tecnología aplicada, los empleados pueden canalizar mejor el tiempo, la energía y el conocimiento para aplicar la innovación y crear nuevos valores (más sostenibles, de hecho). En definitiva, cualquiera que sea el modelo de gestión actual que se practique, el buen gobierno sólo puede construirse con la ayuda de profesionales especializados y competentes que ofrezcan pleno apoyo para estructurar directrices, definir programas y proyectos ESG y realizar formación a los equipos internos.
Compartir