La pandemia del Coronavirus ha cambiado la vida y la forma de trabajar de gran parte de la sociedad debido a las acciones para combatir el Covid-19, lo que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), señala el distanciamiento social como una herramienta para debilitar la propagación del virus. virus. El momento plantea incertidumbres y cuestionamientos sobre la forma en que la sociedad se relaciona, ya sea en la vida social o ambiental.
Un ejemplo de cambio de rutina es el trabajo remoto, popularizado desde casa, que se ha vuelto parte de la vida de algunos brasileños desde mediados de marzo y ha suscitado discusiones sobre las consecuencias. El medio ambiente, con la atenuación de la circulación social y la presión económica, es una parte importante que siente menos impacto negativo debido a la disminución de la presión sobre el capital natural.
Foto: Marcello Casal Jr/Agência Brasil.
En un estudio realizado en 2018 por la Fundação Espaço ECO, creada y mantenida por BASF, se observó que, en promedio, los empleados de la empresa recorren 24 km por tramo de trabajo, la mayoría en automóvil (49%), tren y metro (22% ), chárter (14%) y autobús (12%). Los medios más utilizados acaban siendo los más contaminantes en términos de CO2 equivalente por persona. Anualmente se calcula que este grupo de empleados emite 1170 toneladas de CO2.
Con la implementación del home office tan solo un día a la semana para estos empleados objeto del estudio, es posible evitar la emisión de 230 toneladas de carbono a la atmósfera, el equivalente a 23 viajes alrededor de la Tierra en un vehículo de pasajeros, energía anual. consumo de 270 hogares o 18 minutos de emisiones de carbono de vehículos de toda la ciudad de São Paulo y la región metropolitana.
A través de este ejemplo, es posible entender que la pandemia del Coronavirus y la sostenibilidad tienen puntos de convergencia. Nuestras acciones, o la falta de ellas, ya sea en la preservación de los recursos naturales y la responsabilidad ambiental o en el respeto al distanciamiento social y las recomendaciones de las autoridades sanitarias, generan resultados para toda la sociedad.
El punto común entre la sostenibilidad y las consecuencias del coronavirus es el cuidado de los demás. El valor de quienes nos rodean y de los que están por venir, las generaciones futuras, nos aporta un sentido de responsabilidad y la percepción de colectividad y colaboración.
Los tiempos que vivimos son difíciles. Sin embargo, todas las redes de solidaridad vistas en estos tiempos de aislamiento, como acciones comunes entre gobiernos, empresas, ONG y personas, para darse la mano extendida unos a otros, es un ejemplo del sentido de colaboración.
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