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¿Puede la estrategia de Valor Compartido afectar la Sostenibilidad empresarial?

A estratégia de Valor Compartilhado pode afetar a Sustentabilidade dos negócios

¿Quién consume tu producto o servicio? ¿Cómo se ven afectados estos públicos por los constantes desafíos socioambientales y económicos? ¿Cómo ha abordado esto en su estrategia comercial? ¿Están monitoreando este impacto a corto, mediano y largo plazo? ¿Cómo se ve afectado su negocio?

Las preguntas no son simples y las respuestas implican una profundidad y complejidad que requieren una reflexión sistémica y una escucha activa.

Muchos países, como Brasil, sufren desafíos que abrieron heridas, principalmente durante la pandemia, como el hambre; desigualdad social; precariedad de la educación; salud y otros. Lamentablemente, este escenario fue el responsable de que el país buscara recursos para ayudar a solucionar algunos de estos problemas, y quienes terminaron ganando protagonismo y asumiendo responsabilidades de emergencia fueron las empresas.

Según ABCR (Asociación Brasileña de Recaudación de Fondos), se alcanzó un récord para combatir los daños de emergencia en el país, alcanzando la marca de 7 mil millones de reales en Brasil. El sector empresarial fue responsable de 85% de estas donaciones. Estas iniciativas han ganado cada vez más importancia entre consumidores, accionistas, inversores y partes interesadas, reforzando la preocupación por hacer cada vez más vivas y practicables las siglas de ESG (gestión ambiental, social y económica). Con este trabajo, un viejo debate vuelve a aflorar y coloca la expectativa de soluciones socioambientales no sólo en los gobiernos, sino también en las empresas.

Otro evento con repercusiones globales que reforzó nuestra advertencia de que los desafíos socioambientales y económicos serán mucho mayores que los que se enfrentan fue la COP 26, la reunión de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que tuvo lugar en Glasgow en 2021. Si lo hacemos Si no tenemos soluciones sistémicas para reducir el calentamiento global, tendremos un impacto muy negativo a mediano plazo en todos nosotros. Las empresas participaron como nunca en otros encuentros y algunas de ellas expusieron cómo están apostando y planificando alianzas público-privadas.

Foto: Jeff Mitchell – Getty Images

La injusticia social también fue un tema frecuentemente discutido durante la COP26. Algunos grupos de países han demostrado que son más vulnerables que otros a los efectos del cambio climático y que algunos tienen más capacidad de acción que otros para evitar los peores efectos de esta crisis climática. Por lo tanto, los gobiernos y las empresas deberían preocuparse no sólo por los objetivos de reducción, sino también por abordar una planificación de la adaptación que pueda ser integral, integral y colectiva.

Estos temas de desafíos climáticos y sociales calientan una narrativa muy presente en la sociedad, no sólo por la relevancia y responsabilidad del sector privado para actuar sobre los principales problemas socioambientales, sino también desde la perspectiva de cómo este sector está afectados por estos temas en el corto, mediano y largo plazo.

Las grandes empresas, capaces de movilizar toda una cadena de producción, tienen en cuenta la gestión de las llamadas externalidades. Las externalidades pueden tener un carácter social, económico y ambiental, pueden ser positivas o negativas, pero siempre serán indirectas, es decir, son consecuencias que no siempre están planificadas. Estas externalidades constituyen costes para toda una sociedad (por ejemplo: la contaminación atmosférica, que afecta a la salud pública) y un riesgo para las empresas a medio y largo plazo.

El concepto de valor compartido, que implica la generación de valor económico para las empresas y la sociedad, reúne formas de satisfacer necesidades, atacar estas externalidades, ganar eficiencia, crear diferenciación y ampliar los mercados, aumentando así su competitividad. Por lo tanto, el valor compartido se trabaja no sólo como una respuesta a las presiones externas, sino que se considera de manera estratégica y fundamental para una productividad y un crecimiento duraderos.

La cocreación de soluciones con nuevos socios como startups, ONG, universidades y modelos más cercanos al público y que ofrecen experiencia en la resolución de problemas socioambientales está cada vez más presente.

El uso de tecnología para estas soluciones socioambientales son prácticas muy poderosas que están generando oportunidades para realizar desde un diagnóstico hasta la construcción de planes de acción, con un alcance y escala que pueden reducir costos y tiempos, generando un impacto positivo.

Por muy estructurada, increíble y dinámica que sea una empresa, difícilmente podrá reunir por sí sola las mejores condiciones para innovar. En el concepto de innovación abierta, la práctica principal es la colaboración menos centralizada que incluye a otras empresas, conectando partes interesadas y socios externos con el objetivo de aprovechar la diversidad de conocimientos para explorar la complejidad socioambiental.

La transparencia en las inversiones de impacto socioambiental también acompaña a muchas de estas nuevas soluciones, que han sido adaptadas para que puedan responder al dinamismo esperado por las empresas. Esta es una gran oportunidad para mostrar valor: transparencia e impacto efectivo, que van más allá del número de personas alcanzadas, sino la oportunidad de transformación en la comunidad, la sociedad y su público objetivo.

No tiene sentido trabajar para lograr soluciones sistémicas si no se analiza su cadena de suministro. Es de vital importancia cuando se trata de una transición hacia una economía más sostenible. Cuando se analiza el carbono, por ejemplo, el mayor desafío para muchas empresas es

gestión de emisiones indirectas (Alcance 3 – Protocolo GHG). Son muy pocas las empresas que se han fijado objetivos de resultados en esta parte de la cadena. Así, los procesos de adquisición y compra se ven cada vez más presionados a considerar aspectos sociales y ambientales en sus cualificaciones.

¿Qué aportes ha puesto en práctica su empresa que impacten a sus diferentes públicos, ya sean internos o externos? ¿Quién puede convertirse en uno de sus aliados en la construcción de una agenda que incluya aspectos socioambientales en los procesos internos? ¿Qué habilidades tienes y con quién deberías contar para internalizar esta cultura y experiencia?

Estas son preguntas que debemos responder constantemente para comprender y evaluar cómo aumentar el impacto positivo. Por eso, los invito a mantener vivas estas preguntas en favor de negocios cada vez más sostenibles y justos. ¿Estás preparado para este viaje?