Desde hace un tiempo el tema del carbono se ha ido difundiendo en diferentes medios y hoy es uno de los temas más importantes para las empresas de todos los sectores, el mercado financiero y los gobiernos. Recientemente se publicó el Decreto N° 11.075, de 19 de mayo de 2022, que inicia la fijación del precio del carbono en Brasil.
¡Actualmente, el carbono es la celebridad de la tabla periódica! Si tienes curiosidad y escribes la palabra carbono en un buscador, encontrarás innumerables artículos, informes comerciales y oportunidades profesionales para especialistas y empresas. Después de todo, el carbono se ha convertido en moneda de cambio.
Creo que mucha gente ya sabe por qué debemos actuar para evitar las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI), un grupo de gases en los que el carbono es protagonista. Por ello, cada vez más empresas han anunciado objetivos ambiciosos para anunciar la reducción y, a largo plazo, el fin de las emisiones de GEI.
Sin embargo, la tan publicitada reducción de emisiones es algo diferente a eliminar carbono de la atmósfera, aunque son dos caras de una misma moneda cuando nos referimos a la urgencia climática. Y aquí surge la pregunta: ¿cómo es posible eliminar el carbono de la atmósfera?
La respuesta es sencilla y se refiere a la biología simple, la que aprendemos en la escuela. Básicamente, tenemos tres sumideros de carbono principales: océanos, ecosistemas terrestres (agricultura regenerativa, bosques, sabanas, estepas y otras formaciones vegetales, incluidas todas las interacciones entre plantas, medio ambiente y suelo) y humedales. Si estas son opciones, entonces conservarlas y restaurarlas es la forma correcta de eliminar el carbono de la atmósfera.
Sabemos que restaurar los ecosistemas tiene un alto costo, pero tampoco lo tiene eliminar el carbono de la atmósfera. Además, cuando restauramos los ecosistemas vamos más allá del carbono. Es en este momento que la agenda de biodiversidad se hace presente y queda claro cómo ambas se superponen.
Existen varios programas de compensación de emisiones que utilizan la restauración forestal como estrategia para lograr este fin. La restauración en sí misma ya contribuye al restablecimiento de la biodiversidad, al agregar varias especies de árboles que permiten interacciones con la fauna, proporcionando alimento y refugio. Estas son las consecuencias positivas de las políticas adoptadas por las empresas para apoyar la reducción o eliminación de carbono del medio ambiente.
Un ejemplo de esto es el Programa de Compensación Mata Viva®, que a lo largo de su historia ya ha sembrado 1,3 millones de plántulas y restaurado 750 hectáreas. El programa de compensación también tiene como objetivo restaurar los hábitats donde se encuentran especies en peligro de extinción. Siempre es importante recordar que la reducción en cantidad y calidad del medio ambiente es una de las principales presiones de amenaza para la conservación de las especies. Y, ante todo esto, dejo aquí una provocación: ¿qué tal ir más allá del carbono y empezar a considerar la restauración forestal como parte de la estrategia de la empresa?
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